Se ha escrito y dicho bastante por estos días sobre el tema vacunas, dado el fallecimiento de un niño por difteria.
Querría agregar un breve enfoque, básicamente se distiguen dos tipos de grupos entre los que prefieren no vacunar, los nostálgicos del "todo tiempo pasado fue mejor" y los que creen en la "teoría de la conspiración".
Los que creen que hace 80 años se estaba mejor, obviamente, desconocen que la expectativa de vida del ser humano se ha prolongado, se controlan las enfermedades mejor que por aquellos tiempos y se curan cosas que antes no se curaban.
Los que piensan que los laboratorios nos inyectan vaya a saber qué porquerías, no se dan cuenta que el negocio farmacéutico no pasa por las vacunas sino por la impresionante cantidad de productos que la gente busca en las farmacias para cualquier molestia que se le presenta. Las farmacias parecen supermercados, colas para comprar todo tipo de medicamentos.
Lo que llama la atención es la falta de información o, al menos, de memoria de aquel pasado, supuestamente, mejor.
Hay quienes consideran importante volver al parto en casa, quienes consideran que la vacunación no es necesaria sino más bien nociva.
Entonces deberían hacer memoria o recurrir a algún pariente con suficiente edad para recordarles el pasado en que las mujeres se morían en su cama con una hemorragia en el transcurso del parto, o se moría el niño, o se morían ambos. Esto pasaba, no es una ficción de películas de época.
Las familias tenían hasta diez hijos, pero varios de ellos morían en la infancia por diferentes enfermedades o quedaban paralíticos si los atacaba la poliomielitis.
En síntesis, se producían pérdidas que esa sociedad estaba preparada para sufrirlas, sabían que la vida era así, que no había otra cosa.
Hoy los tiempos han cambiado y la morbimortalidad ha descendido notablemente.
La pregunta es, para los que consideran que aquellos tiempos fueron mejores y que hay que parir en casa y no vacunar a los niños, ¿estáis preparados para perder a una mujer y a su hijo en el momento del parto? ¿estáis preparados para perder a vuestro único hijo o a uno de dos ó tres?
Si la respuesta es sí, no vale la pena que nadie quiera haceros cambiar de opinión, es una decisión de vida.