Cuando, a unos padres que vienen a la consulta con un niño con dolor abdominal de larga evolución, estudiado con todos los medios disponibles sin llegar a un diagnóstico, les pregunto si alguno de ellos es migrañoso, y que su hijo, seguramente tiene una "migraña abdominal", me miran como diciendo: "¿ qué disparate está diciendo este tío?".
Pues, la cuestión es que, entre un 4 a un 15% de niños y adolescentes con dolor abdominal periódico, puede sufrir de migraña abdominal.
El diagnóstico es clínico, es decir, no hay estudios que lo demuestren.
Se deben cumplir ciertos criterios diagnósticos:
1.- Los ataques duran entre 1 y 72 horas.
2.- El dolor se presenta, generalmente, en la línea media, periumbilical. De intensiad moderada a severa.
3.- Acompañado por dos de los siguientes signos y síntomas: anorexia, náuseas, vómitos, palidez.
4.- Se deben padecer, al menos, cinco ataques que cumplan los criterios (1) y (3).
De manera que, aunque parezca broma, la migraña abdominal existe, y hay que pensar en ella cuando no se encuentra una causa que provoque ese dolor que sufre el niño.