Es indudable que la lactancia materna es lo mejor para el niño. Los mamíferos toman leche de su madre, es instintivo, nacen y buscan alimentarse. El instinto de supervivencia hace que los seres vivos se alimenten, aún cuando ya no tienen conciencia, enfermos, con lesiones cerebrales, aceptan la cuchara que se les pone en la boca y siguen alimentándose.
Lo que me parece muy interesante es que una sociedad avanzada requiera de "especialistas" en lactancia materna, yo siempre he creído que las especialistas en lactancia materna eran las abuelas o las tías que ya habían criado a sus hijos y transmitían este conocimiento a su descendencia femenina.
Pues parece ser que no, que se necesita de "especialistas" profesionales, remarco lo de especialistas porque, en realidad, no existe ninguna especialidad de la medicina que sea "Lactancia materna", lo que sí existen son cursos para enterarse de cómo algo instintivo requiere de un manual de instrucciones.
Pero, en fin, es lo que hay, esta sociedad que maneja ordenadores, tablets y smartphones con impresionante destreza se ha olvidado de lo básico, de lo instintivo.
Lo que no me parece correcto es que, con este fervor por la lactancia materna, se genere en las madres que, por el motivo que sea, no pueden alimentar a sus hijos al pecho, una sensación de ser malas madres. Más de una vez he tenido en mi consulta a una madre llorando porque ya no tenía leche y sentía la presión de su entorno que la hacía sufrir.
Los extremos son malos, es magnífico que los niños sean alimentados con leche materna, pero no merece ser lapidada la madre que no puede amamantar.
Además de hacer cursos en lactancia materna, más de uno debería hacer cursos de valores humanos, de comprensión, de tolerancia, de compañerismo para tratar de ser, básicamente, buenas personas.