He estado escuchando una vieja canción del Topo Gigio (un personaje muy divertido que apareció hace unos 30 años), en ella decía que quería parecerse a su papá, una escoba sería una caña de pescar y un bote lo haría con la tabla de planchar.
Hoy en día lo más probable es que, al niño, le compren una verdadera caña de pescar y lo suban a algún medio de transporte acuático. Esto en el mejor de los casos, sino se buscará por internet algún jueguito que implique pescar algún pez digital.
Una mamá se ha puesto a confeccionar un vestido de un personaje de Frozen (hace meses y aún no está terminado), ha elegido con esmero las mejores telas, corroborando en diferentes imágenes la coincidencia de formas y colores, mientras se hallaba haciendo recortes de tela, su niña de 3 años le arrebató una tira de 5 centímetros de ancho por 1 metro de largo, se la puso sobre el hombro y dijo: " soy Elsa, tengo la capa de Elsa".
Hace tantísimos años, cuando yo era pequeño, fabricaba arcos y flechas con ramas de árbol, les ponía plumas que obtenía de las gallinas de mi abuela. Hacía carritos con rulemanes (cojinetes como se llaman aquí) y con un patín algo viejo al que le atornillé una madera obtuve un patinete.
Me lo pasaba caminando por las paredes, pasando de una casa a otra o trepándome a los árboles.
No era un hiperquinético o tenía un TDAH, o si lo tenía no se notaba porque hacía actividad continuamente, pero LIBRE.
No me daban todo resuelto, todo comprado, tenía que IMAGINAR Y FABRICAR, no me enviaban a múltiples actividades con horarios fijos y teniendo que competir con otros.
Quizás deberíamos usar menos fármacos para domesticar niños y darles más tiempo para dejar volar su mente y poder concentrarse cuando hace falta.